Donde caminar era la única solución
Era una noche de esas donde caminar era la única solución a mi desesperanza, a mi soledad aunque realmente no sé cómo llamarlo pues es uno de esos sentimientos extraños que realmente no sé cómo explicar pues... demonios seguir hablando de esto sería meterme en demasiadas explicaciones y problemas que simplemente comenzare diciendo que caminaba por un parque de mi ciudad, de la cual ni diré el nombre pues así evitare revelar muchas cosas de mi y de otros; pues bien retomando la historia este parque siempre me inspiro un profundo sentimiento de comprensión hacia mis emociones depresivas pues me envuelve con sus sombras y el pesar de sus esculturas.
Por razones de horario estaba cerrado pero el estar cerca de este me hacía pensar que no todo podía estar tan mal por lo que ya he expresado antes, pero en fin... me encontraba frente al parque cuando empecé a caminar hacia el edificio del ayuntamiento donde recuerdo alguna vez arroje al pequeño lago que esta por ahí una piedra de cuarzo que alguna vez me diera una novia y ese sentimiento de abandono regreso a mí, mire hacia el cielo y pensé en todas esas mujeres que tal vez no supe querer o que simplemente no pude entender realmente no lo sé pero en fin, justo cuando baje la mirada me di cuenta de que no era el único que se sentía de esta manera tan peculiar pues una chica de la cual no mencionare su nombre pues no lo creo correcto lloraba de una manera podría decir silenciosa y solitaria.
No pude resistir el hecho de acercarme y preguntar le que pasaba, ¿por qué o por quien lloraba?, aunque admitiré que al principio tuve miedo pero fue más grande mi curiosidad y mi atracción por ella y no hablo de si físico pues la iluminación y la noche no me permitían ver ni su cuerpo, ni su cara, además de que sus manos cubrían estay mi mente no puso atención en eso si no en su llanto que era el mismo que el mío, aunque el mío era interno y un poco mas desgarrador.
Recuerdo que me acerque a ella y tome sus manos en las mías sin siquiera preguntar si podía, pose mi mano sobre su rostro y con una caricia con la que limpie sus lagrimas le pregunte qué pasaba, por que lloraba y le pedí que se detuviera, que tal vez ya era tarde para eso y que no me tuviera miedo pues mi intención no era ni perturbarla, ni lastimarla terminando todas estas frases con una sonrisa, a lo que respondió con otra y la siguiente frase:
- No, no, está bien, no tengo miedo, no eres una mala persona pues te acercaste a mí, cuando pensaba que solo pasarías por aquí como si no hubiera nadie y sin en cambio me extiendes tu mano sin conocerme y lo primero que haces es sonreírme, por eso no te temo y se no me lastimaras.
Su mirada era tierna a pesar de sus lágrimas y tras su cara de tristeza una pequeña sonrisa empezó a asomarse.
Mi respuesta fue torpe pues sus palabras me habían tomado por sorpresa y mi mente intentaba ubicar su rostro en algunas de esas caminatas tanto nocturnas como diurnas y mis ojos se deslumbraban con su singular belleza y su blanca y tersa piel que podría ver aun en la más increíble oscuridad por su singular brillo pálido.
Las palabras que salieron de mi boca fueron en cierta forma estúpidas pero esto fue lo que llego a mi mente:
- Vaya no sé qué decir ah... ¿Estás bien? - Me miro con esos ojos que podría encontrar entre la multitud pues eran o son negros como la noche en la que nos encontramos y me dijo
- Disculpa es que tanto tiempo había deseado que alguien me escuchara y ahora estas tu aquí.
- Es por eso qué lloras de esta manera tan melancólica –le dije
- La verdad es que la persona con la que había compartido mi vida durante tanto tiempo me ha decepcionado de la peor manera que podría pensar – y nuevas lagrimas empezaban a brotar mientras decía esto – ya que a negado todo lo que es ó fue, no sé cómo decirlo ya no mas, pues a negado todo lo que éramos, todo el amor, toda su esencia y lo peor me ha negado a mi frente a todo el mundo y eso es lo que más me ha dolido.
Ya en este momento no pudo mas contener el llanto que oprimía su pecho e hizo algo que nunca me imagine...
Me abrazo de tal forma que pude sentir como mi aliento dejo mi cuerpo por un momento solamente de la emoción o tal vez solo fue el sentirme cerca de ella en ese momento y que se abriera de esa forma delante de mí un completo desconocido, creo que nunca lo sabré y no es algo que quiera entender ni hoy ni nunca...
Pido una disculpa, regresemos a la historia... en fin mi primera reacción fue abrazarla pero fue la segunda la que me intrigo pues la bese sin más ni más, sin preguntar ni premeditar.
Fue algo pequeño pero algo en los dos se movió y una chispa se encendió dentro tanto de ella como de mí.
Creo que descompletaría esta historia si no dijera que mi frase estúpida en ese momento fue:
- Perdón no se que se me vino a la cabeza, fue en pequeño arranque de locura lo siento.
Créanme que ella quedo tan sorprendida por mi acción como yo, creo que ni ella ni yo entendimos en ese momento lo que estaba sucediendo y lo que faltaba por suceder pues tomo mi cara me miro a los ojos y respondió el beso con otro más apasionado, más intenso, mas yo que sé.
Tal vez fue Dios, tal vez el destino o simplemente una casualidad que nos conociéramos justo en ese lugar, ese momento y que justo después de ese beso empezara a llover pero le doy gracias a lo que sea que fuere que nos dio vida.
La lluvia empezó a caer y nosotros ahí en esa banca sin decir nada solo mirábamos los ojos del otro como si todas las palabras fueran pronunciadas por nuestras pupilas, y todas las respuestas a esas interminables preguntas estuvieran ahí; la siguiente frase no se dio hasta cinco minutos después y la charla fue la siguiente:
- Creo que estás un poco mojado -dijo ella como si nos conociéramos de siempre
- Sí, creo que si – respondí y el cabello me cubría ya la cara - pero no importa ¿o sí? - pregunte de manera tierna mientras acariciaba su rostro
- No, no importa, aunque si preferiría que me abrazaras hace un poco de frió. – Respondió un poco apenada.
Tardo mas ella en terminar la frase que yo en poner mi gabardina y mis brazos alrededor de ella para llevarla a un kiosco cercano donde esperamos unos momentos a que la lluvia bajara y poder ir a un lugar en el cual secarnos.
Para lo cual ella propuso su casa que no está lejos de este lugar, aunque caminamos más de lo que yo creía o tal vez solo fue mi imaginación, no importa; el caso es que cuando llegamos a su casa pensé que sería un poco incomodo con sus padres el que llegáramos a tal hora empapados pues tal vez, ya estarían dormidos creo que no se ve muy bien que un desconocido llegue a tu casa todo empapado, abrazando a tu hija y además de todo te pida una toalla y tal vez la oportunidad de darse un baño pero bueno ese soy yo, que puedo decir, ah claro, ya se... vive sola.
Lo que prosiguió fue que me ofreció una toalla, un poco de café e irónicamente un baño (creo que la frase que debo usar es ¡Ha! o ¿no?).
Pues bien acepte el café, la toalla y en lo que concierne al baño trate de desviar la conversación lo más posible del tema pues la verdad es que aun sin sus padres me sentía un poco incomodo creo que soy un poco penoso, tímido o no se tal vez solo esta va hipnotizado por su belleza o completamente en shock por lo que estaba pasando no estoy seguro.
Y claro que se dio cuenta de mis evasivas pues mi nerviosismo era evidente así que se acerco a mí, tomo mi mano y lentamente como oveja al matadero me llevo al baño y dijo:
- Podrías evadirme toda la noche y aun así lo seguiría preguntando ¿no quieres bañarte? – me dijo de manera cínica
- Soy tan obvio – dije
- No, realmente no, te mantienes en calma y muy sereno, pero por un instante cada cierto tiempo bajas la guardia, realmente es casi imperceptible, pero el gesto que haces te delata en ese momento. –Comento muy tranquila y lo único que pude hacer fue mostrar una pequeña sonrisa y aceptar su propuesta.-
- Ok, ok, tomare un baño pero haré notar que en cierta forma he sido obligado – dije con una pequeña sonrisa nerviosa en los labios-
- Anda ya entra a la regadera en lo que traigo una toalla –sonrió y salió del baño cerrando la puerta tras de ella.-
Pues bien me quite la ropa, abrí el agua caliente y entre a la regadera, justo cuando empezaba a enjabonarme entro y me dijo:
- Aquí está la toalla, ¿Que tal esta el agua? – pregunto
- Bien gracias por todo – le dije mientras me asomaba por un lado de la cortina, me miro con esos hipnotizantes ojos negros que al día de hoy aun me enloquecen
- Espero que no te moleste usar un de mis pans pues es todo lo que tengo, además ni modo que te pongas la ropa mojada otro vez – dijo haciéndose la chistosa
- Si, no hay problema mientras no sea de eso que son súper pegados, porque no creo que me vea muy bien en uno de esos –claro todo esto fue en un tono sarcástico; pues creo que ya no quedaba rastro de incomodidad después de esto ¿no?
Total termine, me puse el pans que dejo y la busque, baje a la sala entre a la cocina, busque en el patio hasta que llegue al cuarto donde la encontré acostada ya dormida, parecía que tanto llorar y todo esto que había pasado la habían agotado y al contacto con la almohada se había quedado dormida, así que la metí bajo las cobijas, tome una almohada y una cobija baje a la sala, me acomode y pase la noche ahí.
En la mañana desperté temprano, tal vez como a eso de las 7 tome mi ropa que todavía estaba un poco húmeda, deje una nota en el tocador dándole las gracias por todo junto con mi teléfono, le di un beso en la mejilla y me fui.
Si, se que suena un poco brusco y muy descortés pero quedarme hubiera sido peor pues todo lo que hubiera salido de mi boca hubiera sido que no debí de haber hecho todo lo que hice y que era mejor que no nos volviéramos a ver, así que preferí que ella decidiera si quería volverme a ver dejando la nota...